1. Odias el estatus quo
Para ti no tiene sentido que algo se haya hecho por mucho tiempo sin ninguna explicación. No eres una persona que se deja llevar por la corriente.
2. Te aburres fácilmente
Aunque muchos ven esto como un defecto, la realidad es que te aburren las actividades que no te retan o ponen a prueba tus habilidades. Tal vez por eso odiabas algunas clases y nunca asistías. Por ejemplo, Bill Gates dejó la universidad y se convirtió en uno de los hombres más ricos del planeta.
3. Te han despedido de varios trabajos
Eres demasiado creativo y esto puede afectar en tu trabajo en equipo, por lo que probablemente tienes en tu historial haber sido despedido. Para ti es difícil estar en un trabajo fijo puesto que en realidad quieres crear algo inspirador.
4. Te consideran un rebelde
Sabes que la grandiosidad se encuentra fuera de los límites de la comodidad y piensas que algunas reglas no te aplican.
5. Te resistes a la autoridad
Desde niño has puesto resistencia a la autoridad de tus padres, maestros y luego, de tus jefes. No estás conforme con las reglas de tu comunidad o de tu trabajo.
6. Quieres mejorar todo
Siempre estás viendo formas de hacer las cosas mejor y diferente. Constantemente compartes tu visión y tus ideas, a pesar de que nadie te lo haya pedido.
7. Te cuestan las pláticas de cortesía
Se te complica demasiado hacer el small talk que a muchas personas se le facilita. Los códigos de sociedad te parecen una pérdida de tiempo y puede que te hagan sentir incómodo.
8. Te molestaron en tu juventud
Durante tu niñez y adolescencia, te criticaron e, incluso, eras el blanco de los bullys. Esto puede causar que busques destacar en todo y demostrarle al mundo lo que vales.
9. Eres obsesivo
Es probable que la gente te etiquete como obsesivo/compulsivo porque una vez que inicias algo no puedes dejarlo sin terminarlo. No dejes que te convenzan que esto es una enfermedad o una deficiencia. Todos los grandes entrepreneurs se han inmerso por completo en su visión.
Por ejemplo, Howard Schultz se mantuvo con la idea de crear Starbucks aunque su familia lo persuadió de que lo dejara.
10. Temes estar solo
El emprendedor dentro de ti tiene miedo de salir en solitario, pero también teme no hacerlo. Este miedo es común en nuestra sociedad puesto que estamos condicionados a pensar que emprender es más riesgoso que tener un “buen trabajo”. La realidad es que en ambos casos hay inestabilidad.
11. Te es casi imposible relajarte
Te cuesta dormir en las noches porque tienes demasiadas ideas que te mantienen despierto y que incluso se te aparecen en sueños. A la mañana siguiente te encuentras consumido en la misma idea, lo cual te distrae en tu trabajo.
12. Te sientes fuera de lugar
Siempre te has sentido incómodo contigo mismo. Hasta el momento en el que te acostumbres a la idea de que eres diferente que la mayoría de la gente, esto puede ser un problema. Si lo aprendes a canalizar podrás convertirlo en tu motivación para reconocer que dentro de ti hay un emprendedor en potencia.
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