Cuando llega la hora de salida de cada
empresa, existe un grupo de trabajadores que inmediatamente se van para sus
respectivos hogares, para la universidad o cumplir con cualquier otro
compromiso.
Sin embargo, existe otro grupo que mira el reloj y continúa
en sus labores como si fuera media tarde. Total, después de las 5 los teléfonos
dejan de repicar, la oficina queda en silencio y se dan las condiciones
propicias para trabajar.
En este mundo tan competitivo, donde las
24 horas no parecen ser suficientes para cumplir con todo lo que hay que
hacer.
Donde hay una fuerte competencia
profesional y las empresas exigen a sus ejecutivos dar más de sí, muchos
trabajadores extienden su horario de trabajo más allá de las 8 horas.. Aunque
eso signifique llamar a casa para decir "voy tarde" o excusarse nuevamente de un
compromiso social.
Si bien tanto solteros como casados
trabajan hasta la noche, los que carecen de compromisos familiares, al tener
menos cuentas que rendir, tienen menos reparos en dejar unas horas más en la
oficina. Después del matrimonio y los hijos el tiempo adquiere otras
dimensiones, en especial para las mujeres.
En algunas ocasiones esas horas de más que
se dedican a la oficina son recompensadas con una paga adicional, pero no
siempre hay dinero de por medio.
Horas extras ¿Mejor
trabajo?
Cualquiera diría que quienes echan raíces
en sus escritorios son los empleados más eficientes y productivos. No
necesariamente es así. Si alguien con frecuencia tiene que quedarse más del
tiempo que especifica su contrato de trabajo porque no ha podido terminar con
sus responsabilidades, es probable que en su compañía las funciones no estén
correctamente divididas y las responsabilidades recaen en menos
espaldas.
La mayoría de las compañías pasan por
períodos extraordinarios donde se hace necesario trabajar hasta tarde. Esto no
es igual a convertir el hecho en una costumbre; hay que evaluar qué es lo que
está pasando. En ciertas ocasiones la acumulación del trabajo se debe a una mala
organización del tiempo, se da prioridad a tareas que no son tan importantes y
las que sí lo son quedan relegadas hasta que el calendario apremia y entonces
toque quedarse hasta tarde para cumplir con la fecha de entrega.
El hacer uso de horas extras para
compensar esta falta de organización termina por originar un círculo vicioso. Lo
cierto es que una vez que la persona se acostumbra a quedarse en la oficina
hasta tarde, en vez de trabajar más, tiende inconscientemente a trabajar más
lento porque sabe que tendrá tiempo adicional para hacerlo.
Entre los que ven caer la noche en la
oficina están los propensos a la adicción al trabajo. Las perfeccionistas
tienden a caer en una revisión excesiva de cada una de sus tareas, se les hace
difícil dar por terminado un proyecto, al perder la perspectiva de las
prioridades empiezan los atrasos.
Para algunas personas quedarse de más en
la oficina es un pretexto para no llegar a casa. Mujeres y hombres con problemas
matrimoniales prefieren dilatar la hora de regresar para no enfrentarse con los
conflictos que deben resolver en el hogar.
La moda actual de sacrificarse
ostensiblemente en el trabajo no es sana. Quienes no son capaces de despegarse
del trabajo ni siquiera para comer (no apagan el celular, comen en el escritorio
o hacen de cada almuerzo una cita de negocios), ponen en peligro su salud
mental.
El tiempo extra en la oficina puede
representar pérdida de lazos familiares y de amistad con las personas que más
queremos. Después de tanto excusarse y decir no puedo, llega un momento en que
no lo vuelven a invitar. Aunque el trabajar y tener éxito profesional es una
aspiración justa, también existen otras necesidades personales que deben ser
satisfechas, como lo son estrechar los lazos familiares, participar en la
comunidad, mantener la amistad y cuidar de su salud física.
Las largas horas en la oficina agotan
emocional y físicamente. Justo es dar lo mejor y demostrar que estamos en el
puesto indicado. Sin embargo, debe haber un equilibrio entre ese aspecto y el
resto de nuestras vidas.
Hombres y mujeres que han trabajado años
en una empresa, dando siempre la milla extra, se han arrepentido, demasiado
tarde, de poner todos los huevos en la canasta de la profesión, sobre todo
cuando se dan cuenta de las relaciones perdidas o de lo ingrato que puede ser el
negocio. Sí, a las personas más afanadas también las despiden.
Menos, pero mejor
¿En que se va el día de trabajo? Es una
buena pregunta que cabe hacer cada vez que termina el día y se siente que
prácticamente no se ha hecho nada. Una forma de encontrar las fugas de tiempo es
llevar un diario de trabajo.
Téngalo a mano y apunte cada llamada
telefónica y el tiempo que le toma. Apunte a cuántas reuniones va al día,
cuántas personas llegan a su escritorio para preguntarle si ganó ayer en la
lotería y qué tiempo toma usted en explicarles que no. Cuánto le toma contestar
los e-mail o conversar por el mensajero de internet.
Después de una semana de llevar esta
agenda, hará descubrimientos que le sorprenderán y le permitirán hacer ajustes
para empezar a maximizar el uso que da al tiempo de trabajo.
Dejar todo para última hora también trae
como consecuencias tener que trabajar más, es una costumbre que viene desde los
años del colegio, cuando hasta era una gracia dejarlo todo para después. En la
secundaria no hay tanto problema, una noche sin dormir no es nada, pero en la
vida real el dejar para última hora tiene consecuencias más serias, y el estrés
que genera afecta la salud.
Quienes también se exponen a la sobrecarga
laboral son aquellas personas que desean acaparar demasiado o simplemente no
saben decir que no y terminan aceptando e involucrándose en cuanto proyecto se
ponga por delante. En consecuencia resulta difícil cumplir con todo lo
prometido, el trabajo supera nuestras capacidades y defraudamos a los
demás.
El trabajo y la vida personal deben
compaginarse, un equilibrio justo que permita balancear ambos aspectos de la
vida. Al final, como dice el autor Stephen Covey: en su lecho de muerte muy
pocas personas se arrepienten de no haber pasado más tiempo en la
oficina.*
Fuente: rrhh-web.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Bienvenidos sus comentarios... Adelante: