Babyloid es un bebé robótico
pensado para ayudar a que los ancianos de Japón no se depriman. Es suave, tiene
sus propias necesidades y debe ser atendido por un cuidador. Expertos que han
evaluado su uso concluyen que es un invento de lo más beneficioso para los
mayores.
Japón es el lugar con la población más envejecida del mundo:
un 20 % de sus habitantes son ancianos. Y también es la nación que cuenta con la
tecnología robótica más avanzada del planeta. Así que es lógico que en el país
del sol naciente se esté investigando cómo los inventos provistos de
inteligencia artificial pueden ayudar a sus mayores. Esta tendencia tiene un
nombre: los llamados 'robots del bienestar'. Artefactos que ayudan a andar, a
recoger objetos o a acostar a los ancianos en sus camas.
Babyloid es el último invento de este tipo de robots. Pesa
2.2 kg, mide 44 centímetros, tiene brazos, una boca e, incluso, párpados. Está
pensado para que simule el comportamiento de un bebé. Tiene una cara que es
capaz de cambiar de expresión, con una boca que puede moverse y unos ojos que se
pueden cerrar. Cuando los ancianos mecen a Babyloid, el robot muestra su alegría
sonriendo y dos luces LED situadas en sus mejillas se iluminan, como si se
estuviera sonrojando. Cuando Babyloid necesita algo, 'llora': dos luces azules
se encienden de manera intermitente en sus ojos, simulando lágrimas.
Los efectos terapéuticos de Babyloid se producen porque los
ancianos tiene algo por lo que preocuparse y cuidar. Deben tomar un rol activo
para poder satisfacer las necesidades del robot, como abrazarle, jugar con él o
simular darle de comer. Además, pueden establecer un vínculo con él, de la misma
forma que los niños lo hacen con sus muñecos.
Mejora general del
estado de ánimo
El robot ha sido desarrollado por Kanou Masyoshi, profesor de
la Universidad de Ciencia y Tecnología de Chukyo (Japón). Una vez creado, se
probó durante dos semanas con cinco ancianos a los que se les encargó del
cuidado de los robots-bebé. Psicólogos evaluaron si los ancianos aceptaban el
robot o no, si lo cuidaban y los efectos sobre su estado de ánimo. Los
resultados fueron muy positivos: los mayores se sentían más animados, e incluso
mejoraron algo sus capacidades cognitivas, como la memoria y atención. Parece
que tener una responsabilidad -aunque esta sea ficticia- les ayuda a sentirse
mejor.
Fuente: www.yahoo.com
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