Durante toda la vida laboral de las personas, en más de una ocasión sienten que sus empleos no los llenan por completo y caen en estados de desanimo que afecta irremediablemente su rendimiento. La falta de oportunidades, bajas remuneraciones o la nula opción de capacitarse son los principales elementos que salen a flote para justificar las pocas ganas de estar en el trabajo.
Sin embargo, las razones
personales también son un factor importante a la hora de convertir las horas de
oficina en una pequeña condena. Es por eso que los expertos en temas laborales
dan algunos consejos para que el trabajo resulte más ameno. Aunque hay
oportunidades en que cuesta, uno de esos tips es mantener el buen
humor y ser positivos respecto a las responsabilidades que se
tienen.
Para ayudar a lograr ese
objetivo, lo mejor es confeccionar una lista con los puntos positivos que tiene
el empleo e intentar potenciarlos durante las jornadas. Hay que entender que por
muy mal que se vea una situación, siempre habrá elementos que se puedan rescatar
y utilizar para mejorar.
Un
trabajo de buena calidad
También se debe tomar en
cuenta el nivel de autoestima que se tiene. Es sabido que en momentos de crisis,
dudas o desanimo, la visión que se tiene de uno mismo y de las labores que se
cumplen caen a mínimos, por lo que es muy importante mantener este aspecto
aprendiendo a darle valor al trabajo que se desempeña y para ello es bueno
recordar las capacidades y
aptitudes que la compañía puede aprovechar teniendo a alguien como tú en
el equipo.
En esta misma línea, es
prudente que todo trabajo que se haga sea de buena calidad. Así no sólo se
logrará una satisfacción personal, sino también una valoración a los ojos del
resto del equipo que, sin duda, ayudará a abrir campos de desarrollo que antes
no estaban. Hay que tener presente, eso sí, que un trabajo bien hecho no
significa que desgastes trabajando fuera de horario o plantearse objetivos muy
elevados.
De hecho, los expertos
recomiendan trazar
metas reales y acorde a las posibilidades de cada persona y a las
herramientas que les entrega la compañía. Ir más allá, de seguro terminará con
personas frustradas. Al mismo tiempo, es conveniente ser concienzudo en las
labores que se realizan. Es decir, sacar el mejor provecho a las horas
trabajadas para no tener que llevar tareas inconclusas a casa o estar a última
hora completado un proyecto que de seguro es importante para la compañía. El ser
negligente sólo traerá problemas.
Cuidado
con la rutina
El respetar los horarios
de descanso también es una buena forma de crear un buen ambiente laboral para
uno mismo. No son pocos los que encuentran una mala práctica el almorzar frente
al computador o no darse momentos de distracción de al menos unos cinco minutos
cada dos horas. El estar imbuido completamente en las responsabilidades que se
tienen genera estrés, cansancio e infelicidad.
Hay que evitar caer en la
rutina, pues el simple hecho de desempeñar las funciones diarias de igual
manera todo los días genera la impresión de estancamiento en las personas. Ante
esto lo más aconsejable es de vez en cuando modificar los patrones de conducta
dentro de la oficina.
Finalmente hay que
intentar ser agradable y amistoso con todos. Si bien pueden existir diferencias
de opinión o incompatibilidades entre las distintas personalidades, éstas nunca
pueden afectar los objetivos que se han trazado como grupo. Tampoco hay que
dejar que malestares de otros puedan contagiarnos, ya que otras personas estén
disgustadas con las condiciones o sus perspectivas al interior de la empresa no
significa que la resto le afecte lo mismo.
Fuente: Blog
Universia
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