La tecnología ha logrado facilitarle a algunos la vida e incluso su trabajo. Pero ¿qué sucede cuando es ésta, la que empieza a afectar el desarrollo productivo?
Cada día que pasa mantenemos en contacto con más personas y más en los últimos años, donde el principal “culpable” de ese incremento ha sido, sin duda, WhatsApp. Una aplicación de mensajería instantánea en la que hablamos con amigos, compañeros e incluso clientes, con tan solo tener su número de celular, sea local o internacional.
Esto, parecería una gran ventaja, sino fuera porque en ocasiones, dicha ‘ventaja’ desde la perspectiva profesional está en entredicho.
Conozca los motivos, por los que esta herramienta le puede jugar en contra en su ámbito laboral.
1. Pare - Siga: Las constantes pausas para atender la aplicación deterioran la atención en una sola tarea. Y aunque con la modernidad nos hemos convertido en seres multi-tarea, que se encuentran conectados todo el tiempo, este tipo de actividades aumenta el estrés y disminuye los niveles de productividad, sino no se logra gestionar, por lo que no solo baja el rendimiento del empleado, sino que le suma un peso más a la salud de este.
2. Siempre cuentas con la hora: Los checks de mensajes y la hora de conexión ha dado ya más de un dolor de cabeza, puesto que si alguien de su trabajo le requiere y usted no contesta, pero utiliza el chat para hablar con otros, la hora de su última conexión quedará registrada y el jefe puede verlo.
3. Cuidado con lo que sientes: Parece obvio que si cuidamos nuestra privacidad en Facebook o los comentarios que hacemos en Twitter también lo hagamos aquí, al no utilizar mensajes como “agobiado y aburrido estoy en el trabajo”.
4. Desconcentrados en el trabajo: Este servicio de mensajería instantánea nos permite agilizar muchos procesos en el trabajo. Pero, a pesar de su gran utilidad, tiene algunos inconvenientes, ya que la pérdida de atención de nuestras tareas es el primero de sus riesgos.
5. Dependencia: Varios estudios señalan que el patrón que desarrolla el programa es de dependencia. De ahí que muchos usuarios viven atentos de las interacciones en la aplicación, uno de sus causales puede ser el saber si la otra persona leyó o no el mensaje, (al estar pendiente de la última hora de conexión) y otro se fundamenta en la creación de relaciones de complicidad que no existen en la vida real.
6. No lo quise decir: En ocasiones el programa nos puede jugar malas pasadas por una interpretación de los mensajes desafortunada, algo clásico en los chats, bien sea por la buena redacción entre los sujetos, o por la libertad que se otorga a cada uno de estos de darle una interpretación propia a cada mensaje.
Mensajería corporativa: Ante la penetración de la aplicación son muchos los que se plantean su aplicación como una herramienta más dentro de la empresa. Sin embargo hay detalles que no lo aconsejan. Su seguridad es nula fuera de redes protegidas (es decir si usamos WI-FI público y el 3G de los teléfonos móviles). Cualquiera puede interceptarlas, excepto en la última actualización de iPhone. Por eso se aconseja no compartir información confidencial (contraseñas, datos relevantes…) o imágenes comprometedoras.
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