La presión por elegir "el nombre perfecto" para un retoño empuja a los padres norteamericanos a las manos de los asesores de nombres para niños, un nuevo negocio que está de moda en Estados Unidos y que ya ha llegado a Internet.
Los niños suelen venir con un pan bajo el brazo, como dice el refrán, pero la noticia de un embarazo, por esperada y deseada que sea, conlleva una serie de preocupaciones para los futuros padres, de entre las que destaca la de encontrar el nombre perfecto para el niño o la niña en cuestión.
En EEUU, parecen haberse dado cuenta del filón económico que presenta una decisión que afectará de por vida a un ser humano y, sobre todo, el pavor que sienten muchos padres por equivocarse a la hora de decantarse por un nombre u otro, por lo que cada día es más fácil dar con profesionales que se definen como "asesores de nombres", sobre todo, en Internet.
Parece que, aunque en los últimos tres años se hayan publicado unos ochenta libros de nombres sólo en EEUU, esa herramienta ha quedado para el recuerdo, gracias al surgimiento de estos nuevos expertos, profesionales de la onomástica en su mayoría y también del mundo de la publicidad y la mercadotecnia, con experiencia en el negocio de crear marcas corporativas.
A los gastos propios de un embarazo, como la compra de la ropa, la cuna o el carrito, muchos padres están añadiendo la factura que conlleva una sesión de unos treinta minutos de media con uno de estos asesores y de la que podrán salir con una lista de unos cuantos nombres entre los que elegir con tranquilidad.
El precio por estas visitas suele oscilar entre los 35 y los 95 dólares, pero puede subir a mucho más -casi 500 dólares, en algunos casos- si, además de una lista, los futuros progenitores desean contar con un test numerológico sobre su nombre favorito.
Estas consultas también se pueden realizar a través de Internet, donde han surgido más de cien portales electrónicos que sobreviven de asesorar, por un módico precio que no suele llegar a los 100 dólares, a los futuros padres con ideas para elegir el apelativo por el que se conocerá durante toda la vida a sus retoños.
"Estamos asistiendo tan sólo al inicio de una moda que irá a más."
Nuestra cultura impone una presión muy grande sobre los padres a la hora de elegir un nombre y éstos no quieren que sus hijos les echen en cara esa decisión durante toda la vida", aseguró a EFE Shaun Ozegovich, una de las asesoras del portal "Our baby's name", uno de los más conocidos en EEUU.
Para Ozegovich, el valor de los asesores como ella es que son "imparciales y objetivos, no como los familiares y los amigos que acribillan a los padres con sus propuestas".
"A ellos no les importa que la tía Gertrudis quiera que la niña lleve su nombre, pero sí les apabulla quedar mal con ella, por lo que la mejor solución somos nosotros, a quienes no nos importa que algunas de nuestras propuestas no gusten", sostiene esta asesora.
Según Jennifer Moss, una de las asesoras de otra de las páginas web con mayor éxito, BabyNames.com -con más de 1,2 millones de visitas únicas al mes y con un historial de más de 3.000 clientes que han pagado por su asesoría-, su portal ayuda a los padres a evitar "las típicas trampas que encierran ciertas elecciones".
"Los padres de hoy quieren nombres únicos, que no sean muy raros pero que no se trate de los que siempre lideran la lista del censo", aseguró a EFE Moss sobre los gustos de sus clientes, que huyen de Jacob y Emily -los más comunes en las listas de la Seguridad Social en 2006- y se decantan por Aiden y Ava, que encabezan la lista de elecciones en su página web.
Los nombres más populares parecen ser de origen celta para los niños y más tradicionales -"volvemos a los inicios del siglo XX", asegura Moss- para las chicas.
Vía.| http://www.abc.es
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