“Algunas de las mejores decisiones e ideas 
han salido de un vestíbulo o de una conversación en una cafetería, al conocer 
gente nueva y fomentar las reuniones de equipo”, decía el memorándum.
 
“Rapidez y calidad generalmente se 
sacrifican al trabajar desde casa”.
 
El movimiento para traer a todo el 
personal de vuelta a la oficina desde junio próximo será liderado por la nueva 
presidenta ejecutiva, Marissa Mayer, quien volvió a trabajar semanas después de 
dar a luz.
El magnate creador de Virgin, Richard 
Branson, quien dirige sus negocios desde Necker Island, en el Caribe, dijo que 
se trataba de un “paso atrás en una era donde trabajar a distancia es más fácil 
y efectivo que nunca”.
 
Más tecnología, menos 
teletrabajo
 
La gente en Occidente está siendo 
constantemente bombardeada de noticias sobre cómo la tecnología facilita la 
comunicación con la oficina. Muchos tienen internet banda ancha y cámaras web 
que les permiten estar virtualmente en cualquier reunión importante. Están 
rodeados de teléfonos inteligentes, computadores portátiles y 
tabletas.
 
Todo está ahí, listo y accesible para 
liberarlos de viajar diariamente al trabajo. Aquellos que trabajan en industrias 
como la manufacturera o en comercios deben estar siempre presentes, pero en una 
época donde tanta gente trabaja en oficinas, ¿por qué no trasladar sus 
escritorios a la casa?
Hay señales de que el número de gente 
trabajando desde sus hogares ha aumentado en Estados Unidos, el 24% de los 
empleados reportó haber trabajado desde su casa al menos algunas horas a la 
semana, según el Bureau of Labour Statistics.
Sin embargo, sólo un 2,5% de la fuerza 
laboral (3,1 millones de personas, sin incluir los trabajadores independientes o 
voluntarios) consideran su casa como lugar de trabajo, según un estudio de 
Telework Research Network.
Yahoo no es una voz aislada llamando a sus 
trabajadores de vuelta a sus oficinas físicas.
El jefe de Finanzas de Google, Patrick 
Pichette, dijo que cuando le preguntan cuánta gente de la compañía trabaja a 
distancia, su respuesta es “la menos posible”.
“Hay algo mágico en compartir almuerzos”, 
explica Pichette. “Hay algo mágico en lanzar ideas, en preguntar desde tu 
computador a tu vecino: ‘¿Qué piensas de esto?’”.
Hay razones obvias por las que el trabajo 
desde el hogar no ha proliferado en la forma que se predijo hace un par de años. 
La más importante: todavía hay antipatía cultural arraigada.
No “ser visto en la oficina” puede afectar 
a las posibilidades de promoción de un trabajador, evaluaciones de desempeño más 
bajas o, incluso, un aumento salarial menor, según un estudio de la London 
Business School y la Universidad de California.
Hacen hincapié en la importancia que sigue 
teniendo “estar ahí”, aunque eso sólo signifique “calentar el 
asiento”.
La presión adicional que no sea percibido 
como “flojos” puede conducir a aquellos que trabajan desde casa a hacer horas 
extras.
Jennifer Glass, coautora de un informe 
sobre la fuerza laboral de EE.UU. publicado por la Universidad de Texas en 
Austin, dice que para muchas personas, especialmente los de 30 y 40 años, el 
teletrabajo es parte de su trabajo después de que ya lo han hecho 40 horas en la 
oficina.
Glass estaba “asombrada” por la nota de 
Yahoo. “Esto parece estar alineando a Yahoo con las empresas estadounidenses, 
pero no con la industria de alta tecnología”, dice ella.
“Parece extraño que la medida vaya a 
promover más la innovación”.
Promover el valor de las interacciones en 
los pasillos y en la cafetería parece raro, sobre todo en un momento en el que 
el contacto cara a cara en las oficinas va en descenso.
El peligro es el potencial sesgo de los 
gerentes a favor de los que pueden ver trabajando.
“Hay una actitud de los gerentes de que 
aquellos que ven de cerca son los trabajadores más productivos”, dice Glass. “Es 
una tendencia natural a querer controlar las cosas”.
Problema de imagen
Trabajar desde casa todavía tiene un 
problema de imagen.
El alcalde de Londres, Boris Johnson, 
bromeó una vez: “Todos sabemos que, básicamente, es estar sentado preguntándose 
si debo ir a la nevera para cortar un trozo de queso antes de volver a revisar 
el correo electrónico”.
Para Alan Denbigh, coautor del “Manual de 
Teletrabajo” y exdirector ejecutivo de la Asociación de Teletrabajo, trabajar 
desde el hogar tiene beneficios probados. “Te da la oportunidad de realizar 
proyectos particulares y, para aquellos que están criando familias, es 
imperativo poder tener la flexibilidad que te da este tipo de 
trabajo”.
Sin embargo, no recomienda trabajar desde 
casa exclusivamente, reconociendo los beneficios de interactuar con la gente en 
la oficina y las dificultades de mantener el ritmo tras trabajar largas horas en 
casa.
Pero dice que es “igual de ridículo” 
obligar a los empleados a sentarse en una oficina todos los días. Y recomienda 
un poco de las dos cosas.
Vía:  El 
Mundo al 
Instante
  
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